“ La ilustración sigue teniendo un gran futuro. Si bien existen nuevas formas de visualización y generación de imágenes, éstas necesitan de alguien con un buen conocimiento de las Bellas Artes. Aunque muchos ilustradores están cambiando hacia otro tipo de formación técnica como puede ser la multimedia, creo que el ilustrador del futuro será básicamente el de siempre, sólo que tendrá una muy buena preparación en nuevas tecnologías, y no sólo para crear imágenes estáticas y bidimensionales. Paralelamente, la ilustración tradicional se revalorizará constantemente” .
Chichoni, Dibujante - ilustrador.
Se trata de un movimiento relativamente moderno, que nace quizá por la unión de la extraña mezcla que forman el arte del cartel y del cómic. En sus primeros momentos tuvo mucho que ver con la pintura de caballete, con la decoración arquitectónica y con los dibujos realizados para las revistas ilustradas.
Para algunos dibujantes de esta materia, la ilustración se trata de un arte destinado a desaparecer aun siendo tan joven. La causa de ello: el mundo del diseño adopta nuevos caminos para su evolución, utilizando para esto, últimamente de un modo arrollador, las nuevas técnicas informáticas, que facilitan y aligeran el trabajo del artista de un modo increíblemente veloz y con una destreza técnica (que no sensible), por desgracia para el ilustrador clásico insuperable.
El uso cotidiano de la ilustración ha sido básicamente el de la publicidad, prestándose a hacer anuncios de cualquier tipo de producto, a decorar la portada de un libro, un cómic, de un juego de ordenador, o a hacer aparecer la imagen descrita en un libro de cuentos.
Por supuesto no solo el de la publicidad es el único uso de la ilustración; en los años 80, edad de oro de la ilustración (quizás a causa de que el resultado informático no era tan satisfactorio), y aún en nuestros días, muchos artistas optan por hacer suyo este estilo a la hora de crear su obra, como es el caso del maestro Frank Frazzetta, Burne Hogarth, Tim White, B. Wrightson, H. R. Giger, Olivia, Dave Mckean, Liberatore, Milo Manara, Esteban Maroto, Boris Vallejo, Julie Bell, Luis Royo, Chichoni, Alex Ross, Jhon Romita, V. Segrelles, y un largo, larguísimo, etcétera. No se trata sino de otra corriente más dentro de la época contemporánea, un movimiento artístico, quizá de menos envergadura y aceptación que muchos otros, pero que sin duda ya está siendo tenido en cuenta por la Historia del Arte, al ser un medio de comunicación visual creado para las masas, como puede ser la fotografía, el cómic, el cartel o el cine.
Entendemos por ilustración , en términos generales, cualquier obra dibujada con acuarela, tinta china a plumilla, óleo o aerógrafo (y prácticamente cualquier otra técnica artística), con características parecidas o iguales a las del cartel y el cómic. La influencia del cartel es clara: los dos están destinados al mundo del producto y del consumo. La ilustración se muestra llamativa hacia el espectador para que compre por ejemplo un cómic o un libro simplemente por la portada. En la ilustración y en el cartel las formas se muestran de un modo maravillosamente exagerado, rozando la fantasía, normalmente la imagen aparece generosamente coloreada, con mucha luz, y que contiene un mensaje icónico preparado para una percepción instantánea del mensaje, un mensaje que debe ser impactante, que llame la atención del espectador. Con una composición ordenada armónicamente para que los distintos elementos del dibujo lleven a una correcta y rápida lectura de la obra.
Según Chichoni (ilustrador y dibujante de cómics) “... En un cierto género de pintura se plantea un hecho prevalentemente estético, donde la composición y el uso del color suelen tener una preponderancia sobre la anécdota. En la ilustración, en cambio, existe siempre una carga narrativa más evidente y directa. Por lo tanto creo que una ilustración es una suma de calidad estética, buena técnica y originalidad narrativa”.
En efecto, la estética narrativa de la ilustración es la que compara y hace hermanos de fondo a ésta y el cómic. El cómic ejerce una influencia innegable en la ilustración. El tomo completo de un cómic ha de resumirse en la portada. Toda una secuencia de viñetas se puede narrarse en una sola imagen ilustrada, y a su vez, se puede decir que cada viñeta es una ilustración, pues recoge un tiempo real transcurrido en una sola imagen. Es por ello que casi todos los ilustradores tratan igualmente el arte del cómic y viceversa: casi todos los dibujantes de cómics crean ilustraciones.
En definitiva, la ilustración se trata de un dibujo icónico-gráfico destinado normalmente a la difusión masiva en copias mecánicas idénticas entre sí sobre soporte plano y estático.
La ilustración, como ya se ha dicho, es un medio de comunicación visual creado para las masas, y he aquí un extraño hecho que debe puntuarse: La bibliografía que el estudio de este modo de comunicación (la fotografía, el cartel, el cómic, la ilustración, la televisión, etc) ha generado a lo largo del siglo XX es inmensa, incluso mayor que la de algunos géneros artísticos tradicionales, y sin embargo, como ha denunciado Jaime Brihuega, la Historia del Arte ha permanecido en cierto modo ajena a este fenómeno, y ello a pesar del desarrollo de algunas metodologías que podían haberse manifestado más afines, como ha Historia Del Arte Social.
En el ámbito de la Historia del Arte español resultó pionero el ensayo del profesor J. A. Ramírez sobre Medios de masas e Historia del Arte, cuyo prefacio lleva la fecha de 1976, en el que por vez primera se prestaba atención no sólo al estudio de los medios de comunicación de masas sino de modo especial a lo que implicaba su aparición y estudio en el contexto de la Historia de Arte. Ya decía entonces el profesor Ramírez:" Es absurda la oposición arte-medios de masas: locomparable a la pintura y la escultura del Renacimiento o el Barroco, no es el arte de nuestras galerías, sino las imágenes de los cómics, de los carteles (y por tanto de la ilustración) del cine o la televisión”.
Entre tanto la realidad docente universitaria de nuestro país, con el desarrollo de los estudios de Historia del Arte en los últimos años, ha desbordado totalmente este distanciamiento de partida, estudiándose en la actualidad como asignatura troncal la Historia del Cine y de otros medios audiovisuales, así como un sinfín de asignaturas opcionales, que contemplan todos los medios de comunicación visual de masas. La Historia del Arte ha asumido de este modo una gran extensión de su campo de estudio.
La ilustración es un campo fantástico donde puede desarrollarse un arte figurativo de altísima calidad y con un amplio espectro de modalidades. Cada artista puede ejercerlo a su manera; desde el clásico concepto de la ilustración como interpretación visual, generalmente de un escrito, a la libre creación de un universo propio de un terreno tal vez más cercano a la pintura.
El mundo del Arte es difícil, o al menos eso dicen, y dentro de este mundo está el de la ilustración, que lo es aún más. Esto se debe al simple hecho de que la mayoría de los teóricos e historiadores de la materia jamás tuvieron en cuenta el arte de la ilustración como algo serio.
Aunque últimamente vengan acordándose de él de modo más frecuente, aún está la traba de que la ilustración (como resultado del cómic y el cartel) fue, y aun todavía es, un arte minoritario. Un arte que a los teóricos les cuesta reconocer (cada vez menos) como Arte con letras mayúsculas.
En Arte las cosas no son iguales para todos; predomina el mundo de lo subjetivo, de los criterios personales, de las modas de cada época, de lo que los individuos creen y sienten en cada momento y en una determinada cultura; y se da el caso de que en esta cultura, en esta época, el arte es más ambiguo que nunca. Es tan flexible que nadie se puede permitir el lujo de decir qué es o no Arte.
Si el artista y el arte de esta época se convierten en un producto más de compra y venta ¡bienvenido sea! Aún a expensas de hacer más difícil vivir del mundo del Arte. ¡Que gane el mejor!
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